Desde el momento en que Jacky y yo reservamos nuestros billetes a Marrakech quisimos hacer alguna actividad al aire libre para descargar adrenalina. Ante la multitud de opciones, nos debatimos firmemente entre dar un paseo en globo aerostático, dar un paseo en camello o montar en quad. Al final nos decidimos por los quads, y fue una sabia elección. Hay muchos operadores de quads entre los que elegir, pero Dunes and Desert me los recomendaron encarecidamente. Optamos por la excursión de día completo al lago Takerkoust y al desierto de Agafay. Costaba 150€ por persona, lo que era bastante razonable para toda la experiencia que incluía.

Para empezar

El día comenzó con nuestro habitual desayuno en la azotea del riad. Después caminamos hasta la plaza Jemaa el-Fnaa para que nos recogieran. Para variar, la puntualidad marroquí nos sorprendió y nuestro conductor llegó a las 9 en punto, tal y como nos habían informado. El lago Takerkoust se encuentra a 35 km al suroeste de Marrakech, por lo que se tardó alrededor de media hora en llegar al campamento base en el desierto.

 

Allí nos reunimos con nuestros dos guías del día y rápidamente nos explicaron cómo manejar los quads o ATV (vehículos todo terreno). Nos llenaron de confianza con su atención al detalle, su amabilidad y nos dieron algunos consejos prácticos. Nos proporcionaron pasamontañas, cascos, guantes y gafas de seguridad para protegernos. Tras unas cuantas pruebas en las que superamos los contratiempos iniciales, aceleramos en plena naturaleza.
Jacky parecía estar más a gusto conduciendo el quad que yo. Como éramos novatos en quad, nuestros guías decidieron llevarnos por un sendero moderadamente exigente. El tiempo era brillante y soleado ese día, así que no podría haber sido mejor para montar a caballo.

El sabor del desierto de Agafay

El paisaje desértico de las afueras de Marrakech está surcado de pistas con caminos y carreteras polvorientas. Desgraciadamente no hay dunas, hay que aventurarse más hacia el interior para encontrarlas. El terreno es más bien rocoso, con palmerales salvajes, ríos áridos y jbilets, paisajes de roca volcánica formados de forma natural a lo largo de millones de años. Al estar al pie del Atlas, se disfruta de una vista impresionante de la cordillera de cerca.
El tiempo que pasamos en los quads fue pura inspiración, subiendo en zigzag por las colinas a través de pequeñas aldeas por caminos de cabras poco transitados. Por el camino nos maravillamos con la naturaleza virgen, descubrimos pueblos y casas bereberes tradicionales, que parecían prácticamente inalterados desde hacía más de 200 años. Es increíble lo silencioso y sereno que parece el entorno desértico mientras conduces tu quad.
Durante todo el trayecto, nuestros guías estuvieron pendientes de nuestra velocidad para que el viaje fuera lo más seguro y agradable posible. Al cabo de poco más de una hora de viaje, nos detuvimos un rato para tomar un refresco y hacer fotos. Jacky se alejó para fotografiar las delicadas flores del desierto. También aprovechamos para interactuar con nuestros guías y aprender más sobre la cultura local. Volvimos a subirnos a nuestros quads y continuamos explorando el escarpado desierto durante las dos horas siguientes. El tiempo pasó muy deprisa mientras disfrutábamos de todo el paisaje y nos perdíamos en nuestros pensamientos sobre lo estimulante que había sido la experiencia.

Hospitalidad bereber

El calor empezaba a apoderarse de nosotros y agradecimos de corazón el segundo pequeño descanso para tomar un refrigerio y otra sesión más de fotos. Nuestros guías nos informaron de que pronto iríamos a comer. Nuestro paquete incluía un almuerzo tradicional marroquí con una familia. Lo esperábamos con impaciencia porque pensábamos que sería una gran oportunidad para interactuar con los lugareños y conocer mejor sus vidas.
Cuando llegamos, nos llevaron a una pequeña tienda fuera de la casa, donde nuestra anfitriona, una mujer bereber muy agradable, nos sirvió las bebidas. El almuerzo consistió en un delicioso tagine de cordero que llenó mucho. De postre, nos sirvieron un gran cuenco de frutas variadas con té de menta. Mientras tanto, disfrutamos de la impresionante vista que teníamos desde nuestro lugar de almuerzo. Después de descansar más de una hora y sentirnos muy saciados, volvimos a subirnos a nuestros cuádriceps y proseguimos con el tramo final de nuestro viaje.

Hickups y vistas al lago

El tramo final consistió en poco más de una hora de pedaleo. Los cañones ocultos y las colinas abrasadas que atravesamos hicieron que fuera como cabalgar sobre la luna. Fue durante este tramo del viaje cuando perdí el control de mi quad y antes de darme cuenta estaba cayendo por una zanja. Por suerte, nuestro guía me sacó del apuro. Me sentí aliviado porque salí ileso y el quad no sufrió ningún daño.
El paseo en quad concluyó poco después. Nuestros cuerpos habían empezado a cansarse un poco y el momento era el adecuado. Naturalmente, nuestras ropas ya estaban cubiertas de polvo. Dimos las gracias a nuestros guías por hacer que nuestra experiencia mereciera la pena y por toda su ayuda.
Después nos llevaron al lago Takerkoust, donde admiramos el paisaje y nos hicimos unas cuantas fotos y selfies. A continuación, el conductor nos llevó de vuelta a Marrakech. Por el camino, nuestros guías compartieron con nosotros divertidas anécdotas. Todo ese día fue una experiencia inolvidable que seguiremos atesorando en el futuro.

 

 

Quad Biking in the Agafay Desert, Morocco

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