Estancia en el campamento de lujo del desierto de Agafay, en Marruecos.

Nunca olvidaré la primera noche que dormí en el campamento del desierto en Marruecos. Fue mágico e inquietante al mismo tiempo, había camellos roncando, estrellas centelleando e incluso besé a un chico guapo sentada en una duna de arena en la oscuridad. Pero para ser sincero, no era lo más cómodo.

Dormimos muy poco y no gracias al chico guapo, sino a los ronquidos de los camellos, a que nos contábamos historias de fantasmas y a que tuvimos que sacar los colchones a la arena porque las tiendas estaban demasiado calientes.
Aunque fue una experiencia inolvidable, sabía que no era el tipo de aventura que debía vivir con mi padre cuando fuimos a Marruecos ese mismo año.

Aunque sigo siendo una aventurera de corazón, sabía que tenía que encontrar una opción de glamping adecuada si quería ir de acampada a Marruecos con mi padre. Dormir en un campamento en el desierto del Sáhara no era una opción, ya que se tarda un día entero en llegar desde Marrakech.

Por suerte conocí el campamento en el desierto de Agafay, a hora y media de la ciudad. Aunque Agafay es un desierto de piedra (por lo que no encontrará dunas ondulantes), el campamento de lujo Agafay cuenta con todo el romanticismo de Lawrence de Arabia que pueda desear. Y vino (importante para mi padre y para mí, como ya habrán deducido): un auténtico campamento de lujo en el desierto, cerca de Marrakech.

En el campamento de lujo de Agafay se pasa el día maravillosamente desconectado. No hay mucho más que hacer que disfrutar del vasto paisaje que te rodea desde una de sus relajantes plataformas, jugar al backgammon (o al bridge en el caso de mi padre) o, por supuesto, dar un paseo en camello. Trabajé en las habilidades #instagramdaddy de mi papá, tomamos siestas extensas y para el amanecer, nos sentamos junto a una chimenea bebiendo dicho vino.

La comida y los dormitorios son de lujo, por no decir otra cosa: esto no es un campamento normal en el desierto de Marruecos, ¡es glamping! La tienda cuenta con camas adecuadas, linternas románticas y calefactores (al fin y al cabo, estamos en el desierto), perfectos incluso para mí, que me puse enferma. Y sabes que la comida es buena cuando ni siquiera tu padre tiene nada de qué quejarse, excepto de que las sillas son demasiado cómodas y hacen que levantarse resulte complicado.

 

Sin embargo, la verdadera magia del campamento de Agafay se despliega por la noche, cuando pasa de ser un campamento de lujo de 5 estrellas en el desierto a un hotel de un millón de estrellas. Aunque a veces queden ocultos por las nubes…

 

midnightblueelephant.com